Dedicatoria

Dedicado a Rafa Blas, Juan Saurin, Fer Varela, Andy C, Matt, Frank, Jessy, Andrea, Bea, Noelia y todos los miembros del club de fans de Rafa Blas.

domingo, 19 de abril de 2015

Al aire libre sobre la grada.

Llegó el verano, el calor, y con él una nueva suma de conciertos del "jefe". Es una nueva oportunidad de buscar fecha para verle aprovechando que tendré mis vacaciones estivales. Así que a organizar otro viaje se ha dicho. Un par de meses sin concierto se hacen muy largos, ya no sé vivir sin la sensación de planear, esperar y vivir otro nuevo momento especial. 
Como de costumbre miro la agenda de conciertos previstos para las fechas que tengo disponibles, selecciono los que coinciden con días que me vienen bien y los localizo en internet para ver la distancia que me separa y las posibilidades de transporte que tengo para llegar. Descartadas las combinaciones más complicadas elijo por fin mi nuevo destino.  

En esta ocasión puedo llegar a una ciudad cercana en transporte público pero al igual que en otras necesito que algún miembro de la familia coincida conmigo en el mismo concierto y pueda llevarme hasta allí. Y como no, mi compañera de viajes con ganas también de repetir concierto estaba dispuesta a que viviéramos una nueva aventura. Acordamos entonces alojarnos en la ciudad hasta la que yo llegaba en autocar y desde allí iríamos juntas en su coche. A ella le quedaba de camino pero para ese concierto había que hacer más kilómetros y se le haría muy tarde para regresar, así que en esta ocasión compartiríamos habitación para hacer más cómodo el viaje.  
Como la primera vez que nos conocimos la esperé a que llegara en su coche verde a recogerme para ir directas al concierto. ¡Qué alegría volver a vernos! Repetir una nueva experiencia, porque cada nuevo viaje que hacemos para ver a nuestro ídolo se convierte en una experiencia inolvidable. 

Cantando cada tema de nuevo en nuestro camino, reíamos y comentábamos los momentos vividos en los anteriores conciertos. No eran muchos los kilómetros que nos separaban de nuestro destino y cualquier momento así se hace muy breve. Al llegar buscamos aparcamiento y fuimos en busca del lugar en el que tendría lugar el concierto. Una vez allí nos reunimos con los primeros fans que acababan de llegar al igual que nosotras. Nos gusta ir con tiempo, como si nos alimentara la ansiada espera de oír la primera nota.  
Poco a poco nos fuimos reuniendo un buen grupo de familiares alrededor de unos refrescos y animadas charlas acerca de nuestros viajes y vivencias del verano que estaba teniendo lugar. Esa noche sería larga dado que tendríamos que esperar aún unas horas para ver a nuestro ídolo. Para nuestra sorpresa pudimos saludarle al pasar cuando llegaba para preparar su actuación y realizar las pruebas de sonido. Unos cuantos se acercaron para escuchar las pruebas y tener las primeras sensaciones. 

Como aún quedaba tiempo decidimos buscar un lugar donde cenar. Era un pueblo pequeño y no había muchos restaurantes en aquella localidad que se encontraba en fiestas, lo que suponía un gran aumento del número de habitantes aquella noche. Eso hizo que fuera muy difícil encontrar un lugar donde pudiéramos estar el grupo entero. Algunos decidieron coger el coche e ir a cenar a una localidad cercana, otros por el contrario decidimos seguir buscando y no alejarnos mucho, como si de alguna manera nos estuviéramos alejando del "jefe" que se encontraba a unos metros de nosotros y necesitábamos sentirle cerca. Encontramos una heladería en una plazuela que muy amablemente nos ofreció la posibilidad de picar algo a base de tapas. Así lo hicimos, comimos algo y seguimos con nuestra charla. Pese a los meses que pasamos sin vernos muchos de nosotros, parece que no pasa el tiempo, normal si estamos todo el día conectados. Pero cada reunión de la familia es un momento único. 

Llega la hora y nos vamos para el concierto impacientes porque se abran las puertas para coger el mejor sitio. Es la primera vez que asisto a un concierto al aire libre de mí ídolo y quiero estar en primera fila. ¡Hoy podré saltar todo lo que quiera! Las chicas me animan para que me apresure a coger mi sitio deseado. Y allí estamos en primera fila, todos con nuestras camisetas, nuestra cámara de fotos en mano, sonrientes y deseando verle salir. 
Del escenario solo nos separaba una red de gradas que había colocado la organización y un par de metros. Toda la primera fila sobre la grada, decidimos reducir esa distancia, y sin más miramientos sostuvimos las gradas y en un par de saltos adelantamos unos centímetros. Ahí en primera fila y tan cerca que los altavoces ya nos servían de mesa de apoyo.  

Ahí está, espectacular como siempre. Es alto, pero cuando sale al escenario parece crecer unos metros de golpe, se hace enorme cuando se sitúa en el centro y mira hacia su público. Tiemblo solo de verle aparecer. La adrenalina se apodera de mí, es como si no fuese dueña de mi propio cuerpo, me dejo llevar por cada nota y cada letra.  



Una nueva sensación me sorprende, estar ahí sobre la grada, a sus pies y con el aire rozando cada nota, como si se fundiera con su voz para dar más brillo a cada tema. Con cada canción va haciéndose más grande sobre el escenario y cuando se acerca al público sentimos una caricia de agradecimiento por su parte. Cantamos cada una de las letras como si fuéramos un coro a su merced. Miro a cada lado y solo veo caras de felicidad, es impresionante como esa voz es capaz de unir a tanta gente con un mismo sentimiento y con ese brillo en los ojos que nos delata la devoción hacia él.  
Es ya la cuarta vez que estoy en uno de sus conciertos, pero no puedo evitar emocionarme más que las anteriores. Mi sentimiento de felicidad crece con cada nueva actuación. Siempre pienso que es inmejorable la noche vivida y al finalizar otro concierto vuelvo a sentir que ésta ha sido mejor. Nuestro "jefe" crece y brilla cada día más y con más fuerza al igual que nosotros crecemos junto a él como familia y nuestra ilusión y felicidad con cada nuevo momento vivido gracias a él. 
Ha sido una noche especial en la que más de un fan tenía sorpresas preparadas para su ídolo. Una de ellas ha tenido una original idea con fotos de los componentes de la banda en la que se podía leer una frase que expresaba algunos de los sentimientos vividos por muchos de los allí presentes. 
Esta noche pese a los kilómetros recorridos no he podido abrazarle ni decirle lo brillante que había estado. Hacía aire y no habían dispuesto de un espacio en el que pudiera atender a sus fans y estar con ellos sin temer que sus cuerdas vocales se dañaran. Aún así estoy súper feliz y agradecida por haber vivido una noche tan espectacular con una actuación magnífica y en la que he tenido la suerte de llevarme un pequeño tesoro. Una púa del que es para mí un grande de la guitarra, el que se ha convertido en mi segundo ídolo. Jamás me imaginé embobada mirando las manos de un guitarrista mientras acaricia cada cuerda y da sonido a cada nota. Su expresión, su cuerpo, sus manos ponen vida a la música y transmiten sentimiento en cada acorde. 
Finalizado el concierto nos despedimos entre todos y nosotras fuimos a por el coche y tomamos camino hacia el hotel no sin hacer de buenas críticas musicales comentando cada uno de los minutos vividos. Este es uno de los momentos más divertidos y emocionantes, contarnos cada sensación percibida, el sonido, las anécdotas, todo lo que recordemos en ese momento. Me encantan los viajes de regreso porque siempre hay cosas que recordar y que revivir cientos de veces.  


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